jueves, 28 de agosto de 2008

ESCALADA EN CORCEGA

Córcega es una isla situada a 200 Km. aproximadamente al sureste de la Costa Azul, al oeste de la Toscana y al norte de Cerdeña. Más bien boscosa y montañosa, es un gran paraíso para los amantes de la montaña y la naturaleza, pues en ella se practica desde el senderismo y la escalada, hasta el esquí de travesía. Quien lo diria ¿no? Su punto mas alto se encuentra en el monte Cinto de 2710m, y en unas cuantas montañas mas que superan los dos mil metros, las cuales quedan cubiertas por el manto blanco en invierno.

El mayor atractivo de Córcega a demás de sus 1000km de costa, es su hermosa naturaleza, ya que acoge varios lugares declarados patrimonio mundial por la UNESCO, así como numerosas reservas con ricos ecosistemas. También existe un sendero de gran recorrido que atraviesa la isla de sur a norte o viceversa.

Los griegos habían bautizado esta isla del mar Mediterraneo “Kallisté": la más bonita. Hoy, se conoce a Córcega con el nombre de “isla de la Belleza”. Gracias a sus mil kilómetros de costas, de los cuales aproximadamente 300 son de arena fina, Córcega es un sitio soñado para los deportistas náuticos, los submarinistas y otros amantes del mar. Pero, Córcega es igualmente una montaña en el mar. Además, a principios del siglo XX, algunos la habían apodado “la isla verde”, para diferenciarla de las otras islas mediterráneas, mucho más áridas. En efecto, Córcega, a pesar de su posición meridional y su insolación, es una isla verde.

Córcega se sitúa junto con Cerdeña en una micro-placa continental separada de la de Francia y de Italia llamada "bloque corso-sardo". Desde 1768 forma parte del territorio francés. Su capital es Ajaccio, donde el 15 de agosto de 1769, nació Napoleón Bonaparte. Si llega ha nacer un año antes hubiera sido italiano en lugar de francés.

Todavía a mucha gente que le dices que fuiste ha escalar a Córcega les suena raro. Pero hace ya muchos años que la escalada empezó ha pegar con fuerza en la isla mediterránea. Y como no, si esta bajo el poder gabacho. Los cuales fueron los grandes impulsores de la escalada deportiva en Europa, como no iban ha haber miles de vías de escalada.

Los que ya habíamos visto fotos o leído algún reportaje, ya teníamos un sitio mas con el que soñar. Y entre tanto sueño e intentar hacerlos realidad siempre dejamos Córcega a un lado… Tenemos que ir a Córcega. Si vale ya iremos… Hasta que un dia surge la idea en serio. Una semanita de vacaciones. ¿Qué nos vamos ha Córcega?... Bien somos cuatro, el viaje puede salir económico. En furgo, cocinando por hay y durmiendo lo mismo. Fue consultar los precios del ferry, y decidirnos pero ya. Cuatrocientos veinte euros los cuatro y la furgo. Eso si sin ningún tipo de asiento ni camarote en el barco. Ya veremos que pasa.

Así nos vemos los cuatro a primeros de junio del 2007, metidos en la furgoneta llena a reventar, camino de las tierras galas, mas en concreto hacia el puerto de Toulon, del mismo puerto en el que en el año 1798 salio Napoleón en su viaje a Egipto. Pero nuestros objetivos a conquistar, no son tan ambiciosos como los del antiguo emperador, pues únicamente nos conformamos con unas pocas vías de escalada impresas en la roca corsica.


Vela latina en el puerto de Toulon.


Un momento en la travesia.

En unas cinco horas, nos recorremos el norte de Catalunya y el sur de Francia hasta Toulon. Pequeño paseo por la ciudad, últimas compras y a esperar la cola del embarque en el ferry, la cual aprovechamos para meternos una cenita en el cuerpo y donde un numeroso grupo de “pilotos de época” nos deleitan con una gran muestra de “bugatis” antiguos, de lo más escandalosos. Entre bocado y trago, surgen las risas pensando en como pasaremos la travesía de siete horas, sin haber reservado asiento ni nada. Ya veras, apoyado en la barandilla, ja,ja,ja…


Bugatis embarcando.


Cenando en la cola del embarcadero.

Subimos al barco y nos cogemos los sacos en previsión. Ya nos apalancaremos donde podamos. Una vez arriba se nos abren los ojos ante unas estancias completamente enmoquetadas, y como la gente empieza a pillar sitio para dormir, tanto por las butacas del bar, como por el suelo. Así que nada, pillamos nuestro sitio, estiramos saco y a sobar. Hasta tengo un enchufe en la cabecera para cargar la cámara. Todo un lujo

Desembarcamos en Bastia, puerto situado al noreste de la isla. Es una ciudad mas bien fea, con las fachadas de las casas en estado ruinoso. Aunque con alguna plaza y calles mejor cuidadas.



Puerto de Bastia.


Nuestro camarote de lujo.


La furgo cargada hasta los topes.

Paramos en corte a desayunar y a buscar la primera zona de escalada. Llegamos a restonica con un día un poco incierto en cuanto a la metereologia, pero rápido damos con un sector del cual llevamos reseña. Este fue uno de nuestros principales errores, el no llevar una guía de escalada, pues con las fotocopias de Internet que llevamos no es suficiente para localizar algunos sitios.

A pesar de que estamos en una isla, enseguida que nos dirigimos al centro de esta, el paisaje rápidamente se torna de alta montaña. La restonica es un valle al mas puro estilo pirenaico, con su rio de lo mas animado en cuanto a la fluidez de su cauce, y roca granítica a ambos lados de este. Los sectores de escalada quedan a la derecha del rio según subimos. Todo es libertad y paisajes de ensueño. Pero como no, aquí también tenia que llegar el poder de Don Euro, así que llegados a un punto, “stop pillaje”. 5€ por subir la furgo a los lagos de Melo y Capitello. Mmmm… Vaya mosqueo.

La roca es granito, con unas formas un tanto caprichosas, y las vías se encuentran excelentemente equipadas con anclajes inoxidables y las chapas bien cerquita unas de otras. Así que rápidamente empezamos a escalar y disfrutar con la agradable roca. Pero el todopoderoso dios de la lluvia ya nos la tenía reservada, y enseguida nos empieza a mostrar su refinado arte en forma de gotitas de agua, que poco a poco van aumentando de tamaño. Entonces suenan las cornetas a retirada y rápidamente a buscar un sitio a cubierto donde poder preparar algo de comer y a la tarde ya veremos… El único sitio que encontramos un poco decente es una parada de bus, que son unas casetitas de madera con banco que nos proporciona buen refugio.



Restonica.


Buen granito en esta zona.


Miguel dandole a una via de 6b.


Improvisado comedor en la parada del bus.



La tarde sigue lluviosa, así que decidimos ir hacia la costa. Y allí comprobamos que no llueve. Esta fue la tónica que nos acompaño toda la semana en la isla. En el interior llueve y en la costa hace buen tiempo. Así que ponemos dirección a Ajaccio para ir mañana a una zona cercana allí.

En Ajaccio, tomando dirección hacia les illes sanguinaires que son un grupito de pequeñas islas que se adentran en el mar. Existe un pequeño sector llamado la reta, que no es mas que un pequeño tocho de granito de formas sinuosas, con unas pocas vías muy bien equipadas a base de anclaje químico. El paisaje es muy agradecido a la caída de la tarde, cuando el sol baja hasta ocultarse en el horizonte y los tonos anaranjados que proyectan sus infinitos dedos, quedan plasmados sobre la roca en todas sus tonalidades.

Les iles sanguinaires, con las tipicas torres genovesas que hay por toda la isla.



Camino de la Retta.


Sector de la Retta.



Al día siguiente nos hemos planteado ir a escalar al monte gozzi, que esta cerca de Ajaccio. Pero la simple fotocopia que llevamos no nos aclara mucho por donde tenemos que hacer la aproximación, en este laberinto de urbanización donde hemos ido a parar. Y después de mirar, remirar y preguntar, nos damos por vencidos y decidimos ir hacia el sur. Será por sitios.

Pasamos el día haciendo un poco de turisteo por ahí, visitando algún pueblo y la costa sur de la isla, donde el paisaje se pierde en calas, un mar azul turquesa y la costa norte de Cerdeña. Con la falta de información que tenemos, nos encontramos otra vez que no sabemos para donde tirar. Hasta que pasamos cerca de un pequeño montecito granítico de bonitas formas. Llegamos por una pista hasta una explanada que hace de parquing de la ermita que hay mas arriba, y que esta noche nos servirá de camping de lujo. Buscando por allí, solo encontramos unas pocas vías medio desmontadas. Así que pasamos la tarde jugando por los caprichosos bloques que forman esta montaña. Y una vez caída la tarde nos vamos de visita a Bonifacio, pueblo histórico de gran belleza.



El leon de rocapina.



La costa sur.



Roca cerca de Boniacio.


Bonifacio.

Con el nuevo día, tomamos rumbo norte por la costa este hacia una zona de escalada llamada punta calcina. Hay un sector a escasos cinco minutos del coche. La roca es caliza de gran calidad y el equipamiento como viene siendo habitual por estos lares, es bien generoso, tanto por la cantidad como por la calidad de sus seguros. Ya vuelve ha estar el tiempo dudoso, así que nos ponemos rápidamente a le faena. Pero a la que llevamos tres o cuatro vías, se pone a llover. Pues nada para la costa que ya sabemos que allí hay tregua. Y así es. Entonces aprovechamos para comer algo, y a la tarde volvemos a subir a trepar, y esta vez el tiempo nos respeta un poco y escalamos toda la tarde. Esa misma noche, nos mudamos de sitio para estar por la mañana prontito en la siguiente zona que queremos escalar y montamos campamento en un mirador que hay en el mismo pueblo de Solenza.



Maite en acción.

Excelente caliza en punta calcina.


A la mañana salimos caminando hacia monte santo, que esta a 20 minutos del pueblo y según el croquis que llevamos, hay muchas vías de grado asequible. Lastima que a las paredes les falta un poquito de altura, pero el equipamiento sigue siendo descaradamente generoso, generosísimo… La roca es una caliza de lo más compacta y las vías son muy bonitas, con unas agraciadas vistas que llegan al mar. En este sector hay vías para todos los gustos: Placas, fisuras, diedros, chimeneas, desplomes… Sin duda vale la pena el paseito hasta este sitio.


Jordi en monte santo.



Otra de 6b. Monte Santo.



Guapa via de fisura.



Nuestro siguiente destino es Bavella. Ya teníamos ganas de visitar esta zona. Yo creo que tanto Bavella como Restonica, son visitas obligadas en un viaje de escalada a la isla. Bavella es un macizo bastante grande, pero la escalada se concentra principalmente en el collado del mismo nombre. Justo delante del parquing, ya vemos un gran sector surcado por multitud de vías. La roca es granito erosionado, formando como siempre, las caprichosas formas que el viento y el agua han ido moldeando durante siglos. Aquí la escalada ya es más técnica, con canto algo romillo y los seguros un poco mas alejados. Unas cuatro o cinco vías pudimos hacer, hasta que se desato una tormenta de tres pares de cojones, con gran aparato eléctrico y una lluvia que se tornaba en granizo. Nos despedimos de Bavella saliendo por patas, y después por ruedas de allí. Esta claro que por el interior no vamos ha escalar mucho, pues todos los días nos ha caído el chaparrón. Pues no se hable mas, busquemos escalada y playa. Por cierto cuidadin con acampar en Bavella, esta prohibido.

Asi nos recibe Bavella y asi nos despedira.


Bavella.


Granito fino.







Ponemos rumbo hacia Porto, que se encuentra al noroeste de la isla y así ya nos la vamos recorriendo toda, pues se va acercando el día de la vuelta. En Porto, las vías están en la playa junto al mar, y para dormir lo hicimos allí mismo. El sitio es muy guapo pues entre vía y vía te puedes dar un chapuzón en el agua. La roca es granito, pero las vías son un poquito cortas, eso si con generoso equipamiento.





Una paradita camino de porto.



¿playa o escalada?

jueves, 7 de agosto de 2008

LA RIBA

UN POCO DE HISTORIA Y SITUACION

La Riba, se encuentra en los límites noroccidentales del Alt Camp; limita con Vilaverd y Montblanc (norte), ya en la Conca de Barberà; con Valls (este), con Alcover (sur) y con Mont-ral y Montblanc (oeste). Se encuentra en el límite de tres regiones diferentes: el Camp de Tarragona, las montañas de Prades y la Conca de Barberà. Todo el territorio es de pendiente y abrupto, y su altura máxima se encuentra en el puig de Marc (724 m).
El río Francolín ha excavado un profundo desfiladero, llamado el estrecho de la Riba, donde recibe las aguas del Brugent. De la carretera C-14 de Reus a Montblanc sale un ramal que serpentea por el pueblo hasta el Cap de la Riba y después va hacía Farena (Mont-ral). La Riba tiene estación de ferrocarril, que fue inaugurada el 13-5-1863.
Los hallazgos más antiguos del término se han producido en la cueva de las Gralles y la de Cartanyà y corresponden al periodo paleolítico y neolítico. En la partida de la Cansaladeta en recientes excavaciones arqueológicas se han localizado vestigios con una antigüedad aproximada de 200.000 años. En una carta de población dada por Ramón Berenguer IV en el 1155, se llamó el estrecho de la Riba con el nombre de Troc d'Embut, y el 1159, el conde de Barcelona hace donación de un molino bajo el collado de Cots. El testamento de Guillem d'Alcarràs, datado el 1176, habla de la existencia de una posesión, probablemente de un castillo, en la Riba. Durante los siglos XII, XIII y XIV hubo varios pleitos por la posesión y los derechos del término entre la corona, la burguesía y el arzobispado de Tarragona. Al principio del siglo XIII ya había varios molinos, este sería el primer precedente conocido de la instalación de la industria papelera, que tanta importancia tendrá en el futuro del municipio.
Según el censo del 1553 había en la Riba solamente 9 familias. La población aumentó considerablemente durante el siglo XVIII, debido a la expansión de la agricultura, pero sobre todo a las implantaciones industriales. El impulso demográfico se mantuvo a lo largo del siglo XIX, en que llego a la cifra máxima de población el 1857, que llegó a los 1.697 habitantes. Des del último tercio del siglo XIX la población descendió hasta los 877 habitantes del año 1900, y la misma tendencia decreciente se mantuvo a lo largo de toda la primera mitad del siglo XX: 798 habitantes el 1930 y 706 habitantes el 1950. Desde entonces inició un ligero aumento (968 h el 1975 y 1.008 h el 1978) que no ha sido continuada en los últimos años ya que el 1981 había 981 habitantes y el 1991, 911 habitantes.
La agricultura ha sido siempre una actividad enfrentada con unas condiciones naturales poco propicias para su desarrollo. El censo agrario del 1989 sólo da como cultivadas 14 ha, lo cual quiere decir que la agricultura tiene una importancia ínfima y no se comercializó ningún producto, dedicándose todo al autoconsumo. La ganadería tampoco es muy importante y el poco ganado que hay se destina, igualmente, al autoconsumo. El impulso industrial tiene su inicio durante el siglo XVIII, a partir de la instalación de los primeros molinos de papel modernos, localizados dentro del núcleo urbano o en las orillas fluviales de los dos ríos; Brugent y Francolín. Actualmente hay cinco papeleras, que trabajan en turnos de rotación de 24 horas al día. La actividad comercial también es importante en la villa y el mercado semanal tiene lugar el jueves por la mañana.
El paisaje atrae un turismo principalmente de acampada, el cual tiene el terreno de acampada de la Riba, de propiedad municipal, a 3'5 km. en dirección a Farena. La escalada se practica en el término desde los años 30, ya que son incomparables las rocas y barrancos aptos para su desarrollo, destacando: la Penya Roja, la Llosa Negra y los Tres Pilans. También la bicicleta de montaña cuenta con amplias posibilidades en la zona con siete itinerarios diferentes. El senderismo es otra actividad recomendable en el termino, ya que se encuentran muchas fuentes (Gran, de Pasqual, de la Riba, de la Cadireta y las del interior del pueblo) y espacios de gran belleza. Entre los edificios remarcables destaca la iglesia parroquial de Sant Nicolau, construcción barroca y neoclásica con planta de cruz latina y con cúpula, documentada desde el 1194. La torre del Petrol o de Puig Cabré data del siglo XIX y era un punto de observación militar, declarada Bien de Interés Cultural dentro del registro del patrimonio histórico militar el 1989.
La fiesta mayor de la Riba se celebra el primer fin de semana de agosto, en honor de san Abdó y san Senén. La fiesta mayor de invierno se celebra el domingo más próximo al 30 de noviembre, festividad de san Andréu.Para alojarnos y comer, tenemos dos opciones: El refugi Grau de masets Ctra. de Farena - Telf. 626 929 598 / 677 021 336 y el restaurante L’alabrent c/. Cardenal Gomà, 25 - Telf. 977 87 63 12. La acampada esta prohibida en todo el territorio, salvo al lado del refugio donde hay una zona habilitada a tal efecto.

LA ESCALADA

La escalada se reparte por toda la vall del brugent y algunos sectores en la carretera de Montblanc. Los orígenes de esta se remontan hacia los años treinta del siglo XX, donde gente del pueblo y sobre todo de Valls ya empezaron a fijarse, primero en las agujas y después en las paredes que se reparten por todo el valle.
La roca es una caliza de buena calidad, formada en su mayoría por agujeros y regletas, también fisuras y desplomes. Las vías de escalada van desde los 10m de algunos tochos, hasta los 70m de la penya roya, sin duda esta es de las paredes más representativas del valle, por su altura y llamativa figura.
La dificultad de los itinerarios también es de lo mas variado, desde el III de la vía cursetista o barrufet, hasta el 8a de la querido key mago, o picor de coco. La mayoría de vías se encuentran muy bien equipadas con anclajes químicos, parabolts y alguna queda todavía con espits, siendo estas las que menos.
La escalda se puede practicar durante todo el año, debido a su escasa altura sobre el nivel del mar (263m). Pero sin duda su mejor momento llega con el verano, cuando podemos disfrutar de la sombra a partir del medio día en penya roja y poder darnos un chapuzón en las numerosas pozas que existen a lo largo de toda la vall del brugent.






Escalando el pilo suicida, via malporro.


Juan Aguilar en los primeros pasos de la Bichoparra.


Jordi Sanfeliu en menjar menjant.





Situacion de ls sectores.


Penya Roja.


Pilo Suicida.



La Xina.

Video escalando las vias menjar menjant y directa reus