jueves, 7 de agosto de 2008

EL EROTISMO DE MI AMIGO

Paso largos ratos jugando con él. Lo manoseo continuamente. No puedo ni quiero reprimirme.
Lo manipulo arriba y abajo, unas veces con delicadeza y otras compulsivamente, con un ritmo frenético. No deja de despertar mi admiración como su extremo se encoge y agranda, reduciendo y aumentando sucesivamente su volumen.
Los hay de diferentes tamaños, formas y medidas, incluso colores. Los hay mas anchos y mas delgados, mas rígidos y mas flexibles. Los hay enormes, de esos que casi asustan: solo imaginarme con uno de ellos me hace estremecer; no podría, estoy segura. También he visto algunos minúsculos, casi ridículos, aunque dicen que lo importante es el empleo que de ellos se haga. A propósito de este punto, conviene señalar la importancia de un uso regular para cualquiera de ellos. De otro modo, especialmente si hace mucho tiempo que no se utilizan, habrá que tomar algunas precauciones. Igualmente, en el otro extremo, un aprovechamiento abusivo podría ocasionar ciertas dificultades y llegar a deteriorar el aparato. Asimismo, para conseguir un óptimo rendimiento cabe recalcar la relevancia de un buen uso, que a veces se descuida. Si no se sabe emplear correctamente, podemos encontrarnos con problemas: con que se salga antes de cumplir satisfactoriamente su cometido, lo cual es bastante frustrante e incluso peligroso; o bien, caso mas inusual, que tras cumplir su función quede atascado y no haya manera de sacarlo, lo que puede conducir a situaciones comprometidas y embarazosas. Todos requieren un periodo de adaptación y practica, sea cual sea su forma y tamaño. Siguiendo con la topología, algunos son duros, y cuesta trabajo doblegarlos. Suelen necesitar una buena lubricación. Otros quizás por su constitución o gastados por el uso, son flácidos en demasía, faltos de solidez y firmeza. Pero a mi me gusta este, ni excesivamente grande, ni demasiado pequeño. La medida justa y la consistencia apropiada para que mis dedos puedan abrazarlo, acariciarlo y manipularlo con suavidad…
Y cuando llega el momento oportuno: es el éxtasis… Noto como se introduce en su orificio: un decidido, rápido y enérgico movimiento hacia delante y ¡ya está dentro! Noto como todas sus partes se han acoplado a las paredes de su alojamiento, encajando a la perfección ¡que placer tan sublime me proporciona! Un ligero empuje arriba y abajo sirve para comprobar definitivamente que todo esta preparado…
…Ya puedo pasar la Express y asegurarme.


Lola Sciva(adaptación libre sobre el original “the erotism of my friend”, del maestro Tei-Chi)



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